martes, 24 de noviembre de 2015

¡Es el imperio británico, estúpido!

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23 de noviembre de 2015 — Con Bruselas en su segundo día bajo estado de emergencia de seguridad, en previsión a otro gran ataque terrorista del Estado Islámico, de la misma envergadura de las masacres del 13 de noviembre en París, la atención se ha venido centrando más en el hecho de que el centro del terrorismo yihadista en realidad está localizado en el corazón de Europa. A Bruselas, la capital tanto de la OTAN como de la Unión Europea, la llaman ahora Bruselistán, de la misma forma en que desde hace mucho tiempo llaman Londonistán a Londres, por el hecho de que la monarquía británica ha albergado, protegido y financiado a prácticamente todo narcoterrorista yihadista y organización terrorista separatista. Recientemente, el gobierno británico desechó todos los cargos en contra de un yihadista sospechoso de traficar armas debido a que sus abogados defensores argumentaron que los mismos grupos a los que se le acusaba de armar, eran los grupos respaldados abiertamente por el MI6 de la inteligencia británica.

Esta es una historia vieja. Londres ha sido el centro del terrorismo mundial por décadas. El semanario Executive Intelligence Review le hizo llegar un expediente al Departamento de Estado de EU en el 2000, en donde solicitaba que se incluyera a Gran Bretaña en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. El expediente se basaba exclusivamente en evidencia aportada por gobiernos de todo el mundo, entre ellos Rusia, Egipto, India, Pakistán, Colombia y Perú, en donde se mostraba de modo concluye que la corona británica alberga a los peores terroristas del mundo como parte de su sistema imperialista. Los bancos británicos más grandes, empezando con el HSBC (anteriormente la Corporación Bancaria Hong Kong and Shanghai, de las infames Guerras del Opio) están entre las instituciones más notorias en el mundo por lavado de dinero sucio, como lo documentó recientemente el Senado de Estados Unidos.

De igual manera es la corona británica la que ha desplegado al caballero comendador John Shellnhuber para que atrapase al Papa y al Vaticano en la idea de una reducción poblacional radical, con base en la estafa científica del calentamiento global inducido por el hombre.

Toda atrocidad cometida por el Presidente Barack Obama, desde su política de asesinatos de masas con drones en Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia, hasta el derrocamiento y asesinato a sangre fría de Gadafi en Libia, con lo que creo una zona de caos, terrorismo y Estados fallidos por buena parte del norte de África y el Medio Oriente, hasta la aniquilación de las condiciones de vida de la gran mayoría de los estadounidenses, se puede rastrear su responsabilidad hasta la corona británica. Obama no es más que un agente británico, que fue escogido por los británicos para ponerlo como Presidente de Estados Unidos en provecho de la corona y la City de Londres.

Después de las atrocidades de París, cada vez se vuelve más transparente para una creciente cantidad de personas pensantes, que el Estado Islámico (EI, EIIS) es una creación de Obama y los británicos. Al-Qaeda fue creada y nutrida por Gran Bretaña, Estados Unidos y Arabia Saudita durante los 1980, que ensamblaron colectivamente una pandilla de terroristas sacados de las cárceles de todo el mundo árabe e islámico, para sacar a los soviéticos de Afganistán. En 1985, el príncipe Bandar bin Sultan, un virtual miembro de la familia Bush, se reunió con la primera ministra británica Margaret Thatcher para lanzar el acuerdo de trueque Al Yamamah, bajo el cual se estableció un fondo ilícito extraterritorial por $100 mil millones de dólares para armar secretamente a Al-Qaeda y otros grupos terroristas. En el 2001, Bandar usó parte de estos fondos Al Yamamah para financiar a los secuestradores del 11 de septiembre que derribaron las torres del Centro Mundial de Comercio y atacaron el Pentágono.

Si quieres entender por qué se ha negado el agente británico Barack Obama a desclasificar las 28 páginas de la Investigación Conjunta del Congreso, la investigación original sobre el 11 de septiembre, se tiene que empezar desde el principio, con este recuento de cómo los británicos y Obama crearon a Al-Qaeda y, más recientemente, el Estados Islámico. El exdirector de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), general Michael Flynn ha dicho públicamente que el Presidente Obama armó a los rebeldes sirios en Bengasi y siguió haciéndolo porque esa era la política del gobierno. Los documentos de la DIA del verano y otoño del 2012, detallan las operaciones conjuntas británico-estadounidenses desde Bengasi hacia puestos de contrabando en las zonas controladas por los rebeldes en Siria.

Lyndon LaRouche le dijo sin rodeos a sus colegas el domingo 22 de noviembre, que se tiene que erradicar a la monarquía británica o no habrá solución a la guerra en Siria o cualquier otro punto candente en el mundo. A menos que echemos abajo a la monarquía británica, estaremos ante la posibilidad de una guerra en contra de Rusia y China que llevaría al exterminio de buena parte de la humanidad. Barack Obama es un agente británico, escogido por los británicos para ser Presidente de los Estados Unidos. Tenemos que hundir al imperio británico y a todo lo que representa o vamos a enfrentar horrores cada vez mayores por todo el mundo.

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